Carolina sola, en la boda de los Príncipes de Asturias. Al lado, con Ernesto.
¡Que levante la mano! quien recuerde a la princesa Carolina de Mónaco entrando sola en la Catedral de la Almudena de Madrid para asistir a la boda de los Príncipes de Asturias. Estoy segura de que todos habéis levantado la mano. Será difícil que esa imagen abandone nuestra retina. Es una imagen para la historia. Todo el mundo recordará la entrada en solitario de Carolina, tragando saliva. Tras refugiarse por unos segundos detrás del sombrero, cabizbaja, levantando la cabeza sonriendo y saludando. Haciendo el símil taurino, coge el toro por los cuernos, caminoa maravillosamente hasta la entrada de la Catedral con su Chanel de alta costura celeste. Sí, con su traje de Chanel, porque lo que es con su marido… Sabe que la están fotografiando sin parar, que las cámaras de TV la enfocan, que todo el mundo se pregunta ¿dónde está Ernesto de Hannover? Y nos lo preguntamos porque en la cena de la noche anterior en el Palacio Real del Pardo, su Alteza Real de Hannover estaba presente…
¿Dónde está Ernesto de Hannover?
jueves, 7 de octubre de 2010 a las 12:51 Publicado por Mafalda
Empiezan pues los malos pensamientos. Porque concluir pensando que la resaca ha sido la culpable de la ausencia es demasiado fácil. ¿O no? Y es que aunque los Príncipes de Hannover se han dedicado a demandar a diestro y siniestro a todo el que ha insinuado esto o publicado incluso imágenes que lo atestiguan, lo cierto es que las actitudes y el comportamiento del príncipe alemán no permiten pensar que estamos ante una persona ejemplar precisamente.
Todo lo contrario que su prima hermana, la Reina Doña Sofía. Ejemplar hasta la médula, profesional de la Realeza como nadie, no podemos casi creer que ambos sean de la misma familia. Aunque en todas hay ovejas negras. El padre de Ernesto Augusto, de similar nombre y heredero de esta dinastía alemana, era hermano de la Reina Federica de Grecia, madre de Doña Sofía. E imagino que cualquiera de ellos se revolvería en su tumba de sólo pensar en las andanzas del marido de Carolina.
Etiquetas: Carolina de Mónaco, Ernesto de Hannover
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