La Princesa de Preslav

Rosario Nadal. Siempre me ha gustado mucho esta mujer. No digamos su todavía marido Kyril de Bulgaria. Y podéis haceros una idea de lo que prometen sus hijos: Mafalda, Olimpia y Tassilo. Eran la familia perfecta: jóvenes, guapos, príncipes, con posibles, bien relacionados… Lo más de lo más.

Hacía tiempo que no sabíamos nada de ellos y de pronto nos enteramos que el matrimonio hacía vida separada desde hacía tiempo y que él ya tenía otra pareja. Y aunque en la Boda Real sueca acudieron juntos, lo cierto es que las imágenes los mostraban siempre distanciados y charlando con otras personas antes que entre ellos.

No me gustan demasiado las especulaciones, pero han pasado tantos años desde su boda que sinceramente pensaba que eran de esas parejas para toda la vida. Para mí ella es el colmo de la sofisticación y posee una clase reservada a unas pocas elegidas. El tiempo no ha hecho si no mejorarla. He leído todo tipo de cosas sobre ella, tanto para alabarla como para desmerecerla. Tengo que reconocer que nada ha cambiado mi parecer sobre ella. Siempre se ha codeado con lo más granado de la alta sociedad internacional y paralelamente ha sabido mantener una vida bastante discreta, familiar y alejada lo suficiente del constante ir y venir de los medios de comunicación que suelen seguir a los integrante de las familias reales.

No sé si el tiempo separará definitivamente a Kyril y Rosario. Y les deparará futuras parejas por separado. Hoy sin embargo me atrevo a aventurar que volverán a estar juntos. Creo que ganan más unidos, sobre todo el príncipe de Bulgaria. En cuanto a ella, puede quedarle el consuelo momentáneo del parecido con su persona tiene la nueva pareja de Kyril. Aunque siempre que pensemos en la Princesa de Preslav, se nos aparecerá la imagen de Rosario Nadal.