¿Letizia quiere a los Royals?

¿Es una afirmación veraz, una impresión desde fuera con tintes de realidad o una afirmación falsa de sus detractores que a base de repetirla hace que lo creamos? ¿Tiene algo de aversión la princesa Letizia a la reuniones de la realeza?

Ciertamente para los que somos seguidores de la realeza, estas reuniones que realizan en tal o cual país con motivo de bodas, bautizos, cumpleaños, aniversarios varios y demás, nos encantan. Son las ocasiones más pintadas en las que tenemos la oportunidad de verlos como lo que son: una gran familia. Muchos son parientes, cercanos o lejanos, y estos momentos nos permiten ver instantáneas de ellos juntos. Comprobamos cómo han crecido unos, envejecido otros, cuáles mantienen más amistad, elucubramos sobre posibles parejas. Se trata ni más ni menos que de la “magia” de la realeza. Un bálsamo de llamemos “ensoñación” que nunca tendrán las repúblicas por mucho más justas que les parezcan a algunos en términos de representación. Pero dejemos este eterno debate, que no es misión de este blog.
Como estas reuniones nos gustan, nos gusta también que nuestra Familia Real acuda a las mimas. Sobre todo si tenemos en cuenta que cada vez son menos las que se hacen. En estas estamos cuando ha llegado la incorporación de Letizia Ortiz a la Familia Real Española, lo que ha supuesto un seguimiento de la misma en los medios de comunicación sin precedentes. Ello, unido a la imagen de austeridad que desde la Casa del Rey se quiere dar en tiempos de crisis, proyectan, a mi entender, la sensación de la poca presencia española en actos de estas características –sobre todo cuando no se trata de actos de Estado, léase cumpleaños y demás-.
Por otra parte, tengo la terrible sensación de que ciertos medios de comunicación critican la ausencia de los Príncipes de Asturias en ciertos festejos sólo por el hecho de que si hubieran estado habrían “vendido” o hecho más caja. Pero sin duda si no faltaran a uno solo de estos eventos, los calificarían como “vagos que siempre están de fiesta a nuestra costa”. Y mejor es pecar de lo primero que de lo segundo. Porque no es nada gratificante como contribuyente comprobar la agenda oficial de algunos de los príncipes hederos de Europa y sus consortes, plagadas de vacaciones en cualquier estación del año.
Por ello no creo del todo en la poca querencia de la princesa Letizia por las reuniones con los parientes europeos. Sí creo en cambio en el deseo de proyectar una imagen lo menos frívola posible. Aunque dado el masivo seguimiento a su persona, sin duda que entre tanto aluvión tiene que caber a la fuerza lo anecdótico. Como unos braquets o unas extensiones inexistentes. Porque entonces habría días en los que no hay “noticias”. Parece que el trabajo queda opacado, porque el trabajar no vende. ¿O no es eso lo que vemos todos los días?, ¿no es esa la imagen que proyectan los medios de comunicación en sus programas?

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